Cuando vine a Peten por primera vez no sabía muy bien que estaba haciendo acá, en una ONG forestal donde ni siquiera cabía en el pensamiento de sus miembros la inclusión de un “artista” en su proceso. Yo, un actor de teatro del sur de Chile, comencé a sentirme el payaso ridículo que me dieron por nombre algunos, no obstante, a partir de ese ridículo del que ya me he hecho cargo de manera casi eclesiástica, asumí el primer reto, un “taller de teatro”.
Allí logramos una proyección algo forzada, saltando sobre mí la duda sobre si realmente cambiamos algo con lo que hicimos… y si, cambio todo desde ahí… cambio mi manera de pensar el teatro como una herramienta política en el que no importa marcar tendencias, pero tampoco importa dejar que las cosas se queden como están. Comencé a trabajar sobre la actuación, no solo la actuación sobre el escenario, sino nuestro actuar como seres humanos… descubrimos con los (a estas alturas) jóvenes actores, que la actuación nos da la posibilidad de decir todo aquello que como personas no nos atrevemos a decir, y con ello representamos obras de teatros… representamos personajes… representamos el sentir de los espectadores… y poquito a poco nos vamos transformando en la voz del pueblo.
Hoy, después de dos años y medio de estar acá… en Peten… en ACOFOP (que jamás dejo de creer en este proyecto y a veces mas que yo), hemos trazado una brecha imborrable. Con obras de teatro, con danzas mayas, con cortometrajes, con proyección local, con proyección nacional, con giras internacionales… este grupo de jóvenes actores a conseguido, a puro pulso, su área de manejo artístico para el Peten… desde aquí… desde la ONG forestal… desde el actor de teatro del sur de chile… desde el payaso ridículo.
Somos parte de este mundo… si nosotros cambiamos, el mundo cambia.
Por: Beltrán
Extensión cultural, Acofop.
"En Armonía con el Verde"
